
Piensen en una rueda, imaginen la rueda, visualisenla, supongamos que rueda cuesta arriba sin detenerse, que ni la gravedad puede detenerla aunque si represente un obstáculo. Esto sucede cuando formulamos un pensamiento crítico. Tarde o temprano arrollara todo aquello que se le cruce, a excepción, claro, de otra rueda de mayor calidad a la cual podrá unirse.
La crítica es directamente o indirectamente la base de los cambios en la sociedad, para bien y para mal. Ya que para que la realidad cambie, es necesario primero cuestionarla. Las criticas sólidas de este tipo perduraran por siempre, y siempre traerán sus efectos, estos pueden ser pequeños o grandes, pueden aparecer a corto plazo o a largo. Recordemos, por ejemplo, a Aristarco de Samos, Nicolás Copérnico o Galileo Galilei quienes defendieron la teoría heliocéntrica (que la tierra giraba alrededor del sol, y no el sol, y el resto de los astros, alrededor de la tierra, como señalaba la teoría geocéntrica). Estos personajes, desde una óptica científica, cuestionaron el punto de vista predominante de la época en la que vivían, contra viento y marea lanzaron una idea que aunque no fuese aceptada en el momento, luego si lo fueron, y todavía perdura. No sólo sacaron adelante un descubrimiento bastante transcendente, sino que también cuestionaron a las creencias de la sociedad de entonces y tuvieron que enfrentarse contra instituciones muy importantes. Se enfrentaron a la realidad, y la cambiaron.
Claro para que dichos efectos aparezcan tiene que haber siempre una idea, una alternativa, detrás, que se pueda materializar y de ese modo provocar el cambio, no basta sólo con una crítica, y ese es el punto más difícil desde mi punto de vista. Los señores antes mencionados no dijeron “El Sol no gira alrededor de la tierra” y punto, sino que afirmaron eso y ofrecieron otra alternativa. En el ámbito de la economía hemos visto cosas similares los clásicos contra los mercantilistas, los marxistas contra los capitalistas etc. Corrientes distintas enfrentadas entre si fueron o causaron la modificación del sistema económico, para bien o para mal.
Muchas veces los críticos encontramos las críticas de aquellos que nos señalan nuestra incapacidad para ofrecer alternativas, a veces tienen razón, criticamos algo pero tampoco estamos del todo seguros de cómo se podrían cambiar las cosas. Por ejemplo, hace poco escribí sobre la democracia y el capitalismo, y si, no aporte ninguna solución, y no porque me diese pereza escribirla, sino porque tampoco estoy del todo seguro de una. Podría gritar “Comunismo” y listo, estoy seguro que habría unos cuantos que estarían de acuerdo conmigo y otros que no, y seria el camino fácil, o tal vez nadie estaría de acuerdo, pero la verdad es que no me convence, y para decir algo que no defiendo totalmente (de momento, reconozco que todavía me queda por conocer de dicho sistema) mejor me quedo callado. Y ese es otro punto importante sobre la crítica y la idea que viene luego, ambas cosas tienen que estar fundadas lo mejor posible, no vale hacer críticas vacías carentes de significados (que las he visto) o dar soluciones genéricas que no sabemos ni como puede llegar a ser una solución. Un crítico no puede ser un energúmeno de gatillo fácil, tiene que ser capaz de reconocer los colores, saber que hay blancos y negros, pero que también esta el gris, que es del color que es la mayoría de las cosas. Un crítico no debe polemizar o hacer críticas fáciles, por ejemplo, si decimos que algo no tienen sentido tenemos que explicar por que no lo tienen, no simplemente decir que no tiene sentido o que algo esta mal. Esto se ve hoy en día en España mucho en el ámbito político, “Zapatero usted es un incompetente”, “Rajoy, usted no ha hecho nada útil por nadie” y así sucesivamente, un circo, la oposición o el gobierno tiene la misma capacidad crítica que mi cobaya, igual no es el punto de hoy señalar este problema, sino tan sólo un ejemplo, ya algún día volveré sobre este problema con argumentos que no tienen cabida en este artículo.
Una persona que cuestiona tiene que estar abierta a ser cuestionada, y a cambiar de opinión, este punto es esencial, y esta estrechamente ligado con el anterior. Si antes de hablar sobre algo nos informamos bien para no meter la pata, y formar una opinión útil, también tenemos que estar listos para reconocer que nos equivocamos, es esencial tener esta capacidad de mutar nuestras convicciones. Ya que es importante tener una posición crítica ante el mundo que nos rodea, pero más importante es tenerla con nosotros mismos, si no somos capaces de ello no esperemos que el resto sean capaces de escucharnos, no somos conocedores de la verdad absoluta, creo que nadie lo es, como dije antes, la mayoría de las cosas son de color gris.
La perspectiva crítica sobre distintos aspectos de la vida, o si lo prefieren decir de otra manera, cuestionar distintos ámbitos de la vida, de la sociedad, la ciencia, el mundo, es muy importante, aunque no tengamos una alternativa preparada para ofrecer. Ya que de esta manera abrimos paso a que el cambio ocurra, tal vez no podamos dar la solución en el momento, pero si reconocer el problema y trabajar en él, llegando al objetivo de solucionarlo, sea por inspiración de uno o de otro.

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