
“Pero este libro no es una historia completa de la euforia
especuladora y sus consecuencias. De ello ya me he ocupado en otro lugar al
tratar algunos episodios de especulación, sobre todo el que procedió al crac de 1929. Lo que aquí se cuenta
representa una invitación a la cautela, una llamada de atención contra el
atractivo y contra la posibilidad de convertirse en víctima de la más
ineludiblemente cierta de las aberraciones del capitalismo: la emoción generada
por los, en apariencia, nuevos instrumentos financieros y por el presunto genio
de sus artífices. Unos y otros desencadenan la seductora dinámica de la
especulación, dinámica que, hasta el día del inevitable desencanto, parece
venir justificada por la perspectiva del enriquecimiento personal. Las
adquisiciones de los que persiguen la riqueza fuerzan al alza el precio de los
valores, los terrenos o las obras de arte, y por tanto reafirman las expectativas.
El proceso continúa hasta que se agotan los recursos de quienes buscan el
enriquecimiento o, acaso, hasta que algún suceso externo precipita la grande e
inevitable carrera para abandonar.
En este último cuarto de siglo, y especialmente en la última
década, la larga, variada y a menudo desastrosa historia económica de España ha
culminado en una era de notables éxitos. España ha gozado de un alto y
sostenido crecimiento económico, y su tenor de vida a ha progresado
admirablemente. En otro tiempo fuente de voluntariosa y barata mano de obra
para el resto de Europa occidental, hoy España demanda idéntico suministro de
trabajadores de la vecina África. Esto, no cabe duda, brinda el escenario y el
decorado apropiados para el optimismo, que podría convertirse en la euforia
descrita en estas páginas. De cualquier manera, el peligro existe. España es un
país donde tengo grandes y buenos amigos, y cuyas riquezas culturales y
paisajísticas he llegado a amar. Así pues, me sentiría feliz si creyera que
logro hacer una contribución, por humilde que sea, para prevenir los excesos
económicos que conducen al inevitable día del desencanto y del gran desastre.
Esta es la modesta esperanza, o tal vez debería decir ligeramente inmodesta,
que he depositado en este libro.”
La primera edición fue impresa en septiembre de 1991. Época
marcada por una crisis económica y financiera traída por el estallido de la
burbuja inmobiliaria japonesa en 1990 y la subida del precio del petróleo como
consecuencia de la Guerra del Golfo. No obstante España recién entraría en
recesión en 1993, las grandes inversiones del gobierno durante el 92 (La Expo
de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona y la puesta en órbita del
satélite Hispasat1A) y las expectativas positivas de la sociedad habían dejado
a España momentáneamente fuera de la crisis económica.
Dada la situación actual, la burbuja en la que estuvo
viviendo España durante tantos años, no importa, su trabajo no ha sido en vano.
J.K Galbraith en sus propias palabras, buscaba la “exhortación a la cautela”.
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