miércoles, 21 de noviembre de 2012

Futuro Económico-Social de España


Hace 7 años estás líneas quedarían relegadas a la incredulidad, incredulidad de la cual yo no me hubiese salvado con 16 años, pero que no obstante hubiese sido deseable que de ella no hubiesen sido víctima tantas y tantos economistas, entre otros.

Cinco años de crisis, y los que faltan, predicen ya la década pérdida para España y sus compañeros de ruta ¿Optimistas? En un escenario recesivo y con un desempleo que no hace más que subir, consecuencias de la última burbuja especulativa y las políticas neoliberales, además de: los problemas del déficit y endeudamiento, los desahucios, los recortes en pensiones, sanidad y educación, recortes en políticas activas de empleo, aumento de la desigualdad, la desaparición de pequeñas y medianas empresas.  Todas consecuencias que encuentran su interrelación entre sí, siendo una causa de las otras y viceversa. Todas desembocan en el deterioro de la sociedad española en el nivel económico, y por tanto, social.

¿Es que acaso la dimensión social en España saldrá impune al deterioro económico?

Aclaremos que ambas dimensiones están fuertemente relacionadas, interactúan, algo que olvidan muchas veces mencionar en clases de economía. Estamos dentro de un espiral de deterioro económico y social, los efectos del primero llegan antes que los del segundo.  Por ejemplo, supongamos que cierto sector de la sociedad pierde poder adquisitivo de golpe, su comportamiento irá cambiando gradualmente a la hora de enfrentar esta nueva situación, tiene que ser un cambio muy grande para que el efecto sobre el comportamiento sea casi inmediato. Los saqueos que tuvieron lugar en Argentina, que empezaron en el 15 de Diciembre de 2001, fueron el resultado de 4 años de crisis, 3 de recesión y de un desempleo que estuvo aumentando durante este período, cuyo desencadenante final fue el corralito impuesto el 3 de diciembre (que dejo a la economía sumergida sin liquidez, sector del cuál dependía ya para aquel entonces gran parte de la población, el sector desfavorecido y más afectado por la crisis, y a la moribunda clase media sin acceso a sus ahorros). Al igual que las movilizaciones multitudinarias que tuvieron lugar los 19 y 20 de diciembre, fueron producto del desarrollo anterior. Y los brotes atípicos de inseguridad (la alta inseguridad ya existía, no obstante, se desarrollo aún más).

La pobreza en España está aumentando, se ve en las estadísticas y en la presencia cada vez más habitual de personas buscando en la basura, incluso de personas que hasta hace relativamente poco podrían haber pertenecido a la clase media, o en el mayor número de participantes en comedores sociales (repletos ya). A medida que la ayuda familiar a aquellos en problemas económicos se vaya agotando (familias sujetas a la misma situación económica decadente, cuyos ingresos disminuyen a la vez que los impuestos aumentan), las prestaciones por desempleo disminuyan y las ayudas a desempleados de larga duración pierdan poder adquisitivo (en el mejor de los casos) ¿Será la situación económica de aquellos menos afortunados más llevadera que ahora? ¿La reacción social permanecerá constante con respecto a la actual? El número de personas sin techo por gracia de hipotecas impagas, reinadas por un sistema hipotecario injusto y deficiente, aumenta. La educación pública se deteriora y se recorta año tras año. Y finalmente, sumemos aquellos que más cualificados están abandonando el país en busca de una oportunidad. ¿Cuál va a ser el futuro de España?
Ante una creciente población que vive por debajo del umbral de la pobreza, cuyo único objetivo es subsistir. Una creciente población cuya dignidad ha sido aplastada al perder su vivienda y su trabajo. Que parte de la misma recibirá una educación de menor calidad a la vez que un ambiente económico y familiar hostil; piensen que aquellos que tenían 6 años 5 años atrás ahora tienen 11 años, y dentro de 5 años 16, edad suficiente para ya abandonar el sin razón de una educación decadente que de ninguna manera conducirá a una carrera profesional (debido a sus altos costes, las tasas universitarias seguirán aumentando y también el resto de estudios superiores). Será una generación criada en una época de conflicto social, con menores recursos económicos, con un bajo nivel educativo y sin esperanzas de poder progresar en un futuro (ya desde su punto de vista).

Las dificultades para llegar a fin de mes irán aumentando, y las familias afectadas por esta dinámica seguirán teniendo la misma necesidad de alimentarse que siempre. La capacidad de proveer trabajos precarios de la economía sumergida encontrara su tope. Las actividades de buscar en la basura, mendigar y delinquir se expandirán aún más. Estas irán impregnando nuestra sociedad, el conflicto social estará presente ya en el día al día de cualquiera. Una vez que el problema sea más que evidente y crítico, la medida de aumentar el número de efectivos velando por la seguridad será ineficaz, junto a otras medidas superficiales. Dado que dicho conflicto social es producto del desarrollo histórico de la sociedad, y 10 años hacen historia, y su arreglo no se consigue con medidas coyunturales. O se evitan invirtiendo en el futuro de España, en la educación, sanidad, en la reducción de la desigualdad y de la pobreza, o similares ajustes estructurales, aún más profundos, serán necesarios en el futuro que tardaran más en dar sus frutos, serán más costosos y no resolverán rápidamente el problema urgente con el que nos encontraremos. Los tiempos difíciles empezaran a tomar otra dimensión, mucho peor que la vivida hasta ahora. 

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