miércoles, 29 de junio de 2016

La doncella en el suelo

Volvemos a la tranquilidad, de momento.

Fotografían a la líder de la oposición de Madrid en el suelo, escondida, hablando por teléfono durante un pleno. No se trataba de urgencia alguna, más que la de atender a una radio para criticar al actual gobierno madrileño.

Fue uno del equipo de Onda Cero quién saco la foto. No obstante, aunque en la divulgación han estado acertados, en la opinión expresada por comentaristas en el programa de la Brújula ha estado como mínimo sesgada. No han condenado ni reprochado, sino hecho una serie de comentarios tibios y un poema ridículo. La idea final es, “pillina te hemos pillado” como aquella abuela que encuentra al nieto de 5 años comiendo chocolate antes del almuerzo. En resumen, la líder de la oposición, Esperanza Aguirre, no ha hecho nada mal, sino una travesura. La foto “divertida” del día.

Primera cuestión que uno se plantea ¿Sería acaso la reacción igual si de otra persona de otro partido se tratase? ¿Recibiría el mismo trato Carmena?

Segunda cuestión. Siendo líder de la oposición ¿La dejación de funciones es aceptable? Sobre todo, cuando hay una acusación directa del sector liberal sobre la mala gestión del mencionado ayuntamiento. ¿Desde cuándo la dejación de funciones por una servidora pública se ha vuelto aceptable para el sector liberal? ¿Se crítica a un gobierno sin ni siquiera asistir al pleno?

La objetividad es el don de las Diosas y Dioses, a quienes no debemos enfadar pretendiendo ser. El sesgo desproporcionado equivale a la deshonestidad. La deshonestidad intelectual es en gran parte la causa de nuestros problemas a día de hoy. No es divina, ni parte de la condición humana, sino intencionada.

Creo que el tema no es para solicitar dimisiones. Sin embargo, dicha conducta ha de ser condenada y sancionada de forma justa. El mismo trato que recibiría cualquier otra persona en circunstancias similares en cualquier puesto de trabajo. Y si hay reincidencia, no habría que esperar a la dimisión, sino recurrir a la expulsión.

Programa del día 28/06/2016, los últimos 2 minutos más o menos.

Y por encima, concluyen con The Beatles.

La foto no es divertida, es triste.


domingo, 7 de febrero de 2016

La Rosa, Irán, la independencia y el comunismo. Gobierno en España.

Tras una burbuja, una crisis y un tsunami de corrupción, hemos visto como el mapa político español ha cambiado de forma significativa. Difícil es determinar durante cuánto tiempo el proceso de cambio continuara, o sí estamos ante lo que la historia política española denominara en un futuro como “anomalía”. No creo que estemos ante una anomalía, y en todo caso, hay que hacer frente a la presente situación. Entender que la Democracia es un sistema complejo.

Rajoy, ha sido realista, en términos prácticos ha abandonado la idea de ser Presidente. Quizás espere unas nuevas elecciones, aunque la mejora de sus resultados es improbable. No va a formar gobierno, ningún otro partido le apoyara. El PP ha de elegir un nuevo candidato y comenzar una regeneración integral. Sí, tienen una masa de votantes que no desaparecerá fácilmente. Votantes que no penalizaran al partido pase lo que pase. En el mejor de los casos lo ven como el mal menor, y en el peor de los casos lo votan como quién es seguidor del Real Madrid. Nació del Real Madrid, morirá como tal. No obstante, sin una regeneración completa, el PP irá perdiendo fuerza. Es simple, han de dejar de cargar gasto en concepto de “putiferios” a las arcas públicas. Esto sucedera siempre y cuando Ciudadanos y Podemos no hagan desastres, o se conviertan en una Mafia Iraní-Siciliana.  

Como saben los pactos son ineludibles, y el juego de la Democracia comienza. No podrá imperar un único punto de vista. En lo que algunos etiquetan de inestable, otros vemos la oportunidad de la creación de un gobierno representativo. Las negociaciones que están teniendo lugar, y el posible pacto, son el precio que se ha de pagar para evitar un gobierno que ignore a la mitad de la población. La mayoría absoluta habilita a un partido determinado a gobernar dándole la espalda a la mitad de la población. Y por desgracia, dicha capacidad se aplica. No se ha entendido que si uno saca mayoría absoluta, no implica la desaparición de quienes no les ha votado.  En cambio, un gobierno que dependa de distintas fuerzas políticas es en principio más proclive a tener en cuenta a los distintos sectores de la sociedad.

Ahora Pedro intenta formar gobierno. Sus probabilidades de éxito son bajas, aunque está demostrando ser mucho más hábil de lo que me esperaba. El posible gobierno que surja será de izquierdas con fuerzas independentistas, o no será. Es deseable que negocie con Ciudadanos, de eso se trata la Democracia, pero los resultados serán inútiles. El PSOE liberal podrá entenderse con Ciudadanos, y la cúpula del partido será feliz, pero no contará con el apoyo de ninguna otra fuerza política.  Las cuentas no salen.

La Rosa, Irán, la independencia y el comunismo son la opción.  Que funesto suena, pero no es para tanto, es incluso bueno. En ocasiones, los miedos enviados desde la derecha mediática tienen el fin de proteger el régimen de la burbuja, la crisis y la corrupción. En otras, son de quienes efectivamente ven lo desconocido como peligroso. También esta opción se encuentra enfrentada con la cúpula del PSOE. Estamos viendo como no hay muchas diferencias entre la cúpula del PSOE y PP.

Pablo no es Hugo ni iraní, es europeo, doctor y profesor de universidad. No tiene ni tradición militar 
ni ha estado implicado en dictadura alguna. El contexto social en el que se ha desarrollado es completamente distinto al de Venezuela. Al igual que la masa social española es distinta y nos movemos dentro del marco de la Unión Europea. Es una obviedad que a la derecha mediática le gusta ignorar. Es muy improbable que genere los desastres que se señalan. Podemos tiene ideas interesantes, y casi ningún invento o extravagancia. Su defensa de la transparencia, coherencia y seriedad es necesaria que se aplique.

Luego, los independentistas quizás se tranquilicen si se sienten representados en el Gobierno de España. Si forman parte del Gobierno, podrán empezar a negociar de forma seria aquellas cosas que generan un conflicto real entre el Estado y ciertas Comunidades Autónomas. Y solucionarlas. Es verdad que parte del movimiento independentista en Cataluña ha sido impulsado por una suerte de retroalimentación partidaria entre el Gobierno Central y el Autonómico. Con la bandera, ambos han afianzado su posición política y han logrado desviar la atención de los efectos de la crisis. Naturalmente, está estrategia no es deseable. El conflicto irá aumentando hasta que efectivamente Cataluña declare la independencia. Y tarde o temprano otras comunidades le seguirán. Si algo puso en relieve las últimas elecciones catalanas, es lo distinto que es el mapa político en el norte. Si se quiere mantener a España unida, no se puede ignorar está realidad. Hay que incluirlos, no marginarlos. Por tanto, el pacto con los independentistas es el primer paso para el entendimiento. Tienen representación parlamentaria para que sean tenidos en cuenta, y no ignorados.

Alberto es el político mejor valorado, y probablemente el más respetado. En materia económica su diagnóstico y soluciones son acertadas. Entiende que el principal problema de España pasa por las características del sistema productivo y ve el fraude fiscal como otro de nuestros grandes problemas. La reforma impositiva la ve necesaria en busca de una mayor progresividad y recaudación. Alberto no es Stalin. Al igual que existen grandes diferencias entre Hugo y Pablo, las hay entre Alberto y Stalin. Otra obviedad.

Finalmente, España necesita unos representantes que se unan a Grecia, Italia y Portugal, y negocien con Europa una mayor flexibilidad fiscal e inversiones. Dentro de la Unión Europea, España necesita a Europa para salir de la crisis. Necesitamos un Gobierno que busque una mayor unión entre los países, y que se trabaje hacia una menor heterogeneidad económica y social entre los mismos.  En resumen, necesitamos una mayor defensa de los intereses de España y una reducción de las contradicciones económicas que existen en la UE.

Dicho esto, veo improbable la formación de un gobierno. Otras elecciones vendrán, espero equivocarme, hay que aprender a trabajar en Democracia. 

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